martes, 18 de octubre de 2016

Expectativa, la magia del pensamiento




   
   Una de los recursos que en nuestra andanza por la vida es importante considerar, es aprender a escuchar. Una capacidad que sin duda merece un lugar especial en nuestra caja de herramientas personal, no es fácil su uso en principio, pero una vez comprendido su poder y capacidad para ayudarnos a entender será algo a lo que buscaremos regresar muchas veces.
   Después de comprender y aprender su uso, es importante ajustar nuestra configuración mental, mejor dicho debemos desconectar la manera más común de funcionamiento en la mayoría de nosotros, es importante porque de no hacerlo, la percepción de lo que experimentamos a lo largo del camino corre el riesgo de sufrir distorsiones que modifican lo recibido, me refiero a la expectativa, la “creación adelantada” es algo que con frecuencia hacemos inconscientemente y al hacerlo, ensuciamos y distorsionamos la información que captamos y recibimos, lo más preocupante es que con esto modificamos realmente nuestra realidad. Cuántas veces hemos anticipado mentalmente un evento, una situación, una persona que imaginamos cómo es o sería, eso que anticipamos en nuestra mente “crea” una imagen que genera una respuesta de nuestra parte, pero cuando lo experimentamos realmente y descubrimos que aquello no es lo que nuestra expectativa esperaba, irremediablemente sufrimos un desencanto que afecta nuestra impresión, la imagen mental y la real no encajan, con esto el hecho real queda distorsionado en nuestra realidad.
   Este aparente e insignificante mecanismo mental tiene efectos insospechados, pero más allá de sus repercusiones nos muestra una capacidad “mágica” que poseemos sin saber, tan sólo una pincelada del enorme potencial que poseemos como accesorio original con que hemos sido equipados y ¡no somos conscientes! 
   Esto es algo que tiene a la ciencia de avanzada ocupada, la física cuántica lo contempla y estudia generando un universo de posibilidades, la teoría de cuerdas considera las variables que desencadena una decisión, optar entre “a” o “b” genera una línea, una ruta cuántica elegida pero a la vez no descarta la otra, la dimensionalidad tantas veces tratada desde la ciencia ficción es algo que ahora parece más lejano de lo irreal, no menos llamativo es que llegue a nosotros este concepto vestido de libros y películas que lo tratan de alguna forma, recuerdo la poderosa película “Matrix” que nos muestra los alcances de esta idea, el desconocimiento de la mayoría al respecto que lo siente o piensa totalmente lejano y sin embargo estamos sumergidos en ello, aunque nuestra percepción asegure una realidad que considera única y fija, que sentimos totalmente real, pensamos que es así, que estas cosas están lejanas de nosotros, lo sentimos distante, imaginario. Cuando de algún modo lo vivimos, captando de alguna forma que esta realidad no es tan sólida le restamos importancia porque no concebimos que tengamos que ver con lo que consideramos una casualidad, palabra culpable de alejarnos de esta magia incomprendida.
   Para los que hemos definido nuestro trashumar en búsqueda permanente tuvimos que aprender sobre la marcha, tropezando muchas veces con los destrozos dejados en el camino por las expectativas propias, que van quedando a nuestro paso, haciéndonos comprender de a poco nuestra velada responsabilidad en hechos de nuestra vida y ahora comprendemos que debemos dejarla de lado, debemos aceptar que todo en este universo está en perpetuo movimiento, mirar hacia atrás lo deja claro, lo que en otro tiempo era inobjetable con el paso de los años se desmorona y transforma, nos deja claro que considerar cualquier cosa como fija e inamovible es pérdida de tiempo, un desperdicio de posturas que tarde o temprano tendremos que cambiar.
   Cuando tengamos al frente algo por descubrir y analizar o cuando simplemente descubramos algo, nuestra alma y mente debe desnudarse de todo prejuicio, olvidemos las fotos fijas mentales para abordarlo de la manera más aséptica, dejarlo limpio de percepciones propias o no, que al final son sólo eso, expectativas; para después sumergirlo en mente y alma para asimilar, entender, aprender y así, cuando la vida nos ponga frente a algo nuevo o desconocido, a un misterio profundo o simplemente una nueva persona orbitando nuestros entornos, esta desnudez mental nos ahorrará tiempo, puede parecer desventaja, -¡la expectativa haciendo de las suyas!- jamás lo será, permitiéndonos recibir cualquier cosa que venga a nosotros limpia para que la magia de nuestra experiencia irreemplazable y maravillosa haga su parte, solo así haremos uso de un arte que está quedando en desuso, algo que pareciera anticuado en esta época donde el Dios tecnología manda otras cosas, vivir con mayúsculas, darnos el lujo de recibir lo que llega a nosotros sin filtro para que nuestra maquinaria, nuestra maravillosa humanidad despliegue sus capacidades, la experiencia será especial, lo garantizo y espero me cuenten su experiencia…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario