miércoles, 25 de enero de 2017

Un regalo inesperado

   





   Apenas comenzamos un nuevo año que nos muestra incógnitas al por mayor, las preguntas se agolpan pidiéndonos respuesta, los eventos que día a día podemos observar son aterradores y nos hacen que lo visto, lo que en años anteriores hemos ido analizando y acumulando en nuestra caja de herramientas (osea nuestra mente) estén esperando su momento, que cuando llega toman un peso específico, como si de una artesanía se tratara, hacemos una mezcla alquímica, que sabemos cuando inicia pero por más deseo que pongamos en terminarlo persisten variables, siempre falta “algo,” en ocasiones datos, otras veces confirmaciones y también el enroque con lo físico, con la confirmación de la ciencia y la técnica que es base fundamental de los cimientos de lo que somos culturalmente.
   A pesar de la falta de una conclusión satisfactoria, de la cereza del pastel que le de un cierre acompañado de conclusiones para un sinnúmero de temas inusuales que suceden por todo el mundo y que giran en la mente de este lunático de tiempo completo, siempre quedan cabos sueltos, persisten pequeños grandes detalles que impiden “cerrar” la mayoría de los misterios que nos apasionan, eso no es obstáculo para que algunos de ellos pasen de ser hipótesis o teorías a ligeras certezas, en otros casos algunas de proporciones inimaginables. Muchas veces temas que en apariencia no tienen la menor relación nos sorprenden con conexiones, con pequeñas cosas que entrelazan hechos, existe una línea que viene desde lo inmemorial, desde puntos donde la razón y la documentación escasea y lo poco existente es reservado y acumulado por los más variopintos intereses, pero esto no impide generar una pintura que aunque le faltan detalles ya nos da una idea de lo que ocurre, va tomando fuerza, genera ideas y al paso del tiempo surgen teorías posibles que crecen con cada hecho nuevo que le da un tono distinto a esta realidad que compartimos y que tiene una fachada muy distinta a lo que la mayoría piensa.
   La suposición se convierte en amiga donde se va armando un rompecabezas que con sorpresa descubrimos que es la madre de la historia, de su mano se ha ido confeccionando esta, que en un momento toma fuerza suficiente para que se transforme en versión oficial, la diferencia principal es el descubrimiento de un vestigio físico que encaje con la suposición, luego que entidades que se consideran serias u oficiales den el visto bueno y así la suposición se transforma en la historia que hemos leído en los libros y es la versión que se supone está más cerca a la verdad. 
   La travesía es así, hemos ido por la vida acompañados de la mente abierta y el asombro, herramientas básicas que incontables ocasiones hacen que una noticia cobre otra dimensión, que encontremos grietas en las versiones oficiales, esas que insisten en su inmovilidad y su resistencia a revisar de la mano de nuevas informaciones y sobre todo el avance del conocimiento en general, no puedo ocultar mi desazón de ver que descubrimientos que hacen volar por los cielos las historia oficial pasen desapercibidos, que tanta gente que ha puesto su vida en la búsqueda sea mal vista y desprestigiada por la máquina oficial que sigue impasible ante un tsunami de nuevas versiones y descubrimientos.
   Cuando los eventos recientes pintan futuro y presente en claroscuros, cuando pereciera que sólo los lunáticos vemos lo que ocurre, de dónde viene y nos hace sentir que la realidad se ha desdoblado, la mayoría vive, (¡eso creen!) en un mundo plano donde no pueden ver más de lo que dice el dogma y los medios masivos, donde no hay más que descubrir y todo está explicado mientras que unos pocos vemos que hay omisiones, censura y sobre todo desinterés, la realidad es otra, no la oficial y que a pesar de tanta información disponible seguimos siendo vistos como lunáticos, poco serios e influenciables, pero de pronto, inesperadamente surge algo, una noticia que llega de una institución que sabe.
   La administración Obama cierra su ciclo con un “regalo” a pocos días del cambio de poder, salta la noticia de la desclasificación de cincuenta años de investigaciones oficiales de la CIA sobre temas que han sido negados por la oficialidad que siempre anteponían el argumento que si cosas extrañas ocurrieran en el mundo ellos tendrían que saberlo y la verdad, ahora desclasificada, es que ¡así es!
   El corazón late fuerte, la emoción corre poderosa por las venas, ovnis, brujería, fenómenos paranormales, control mental que se dijo mil veces que era cosa del pasado por falta de hechos contundentes, ¡mentira! el proyecto “visión remota” denostado hasta el hartazgo está aquí, 700000 páginas que dan una idea de su importancia, magia negra, cosa de ignorantes, miles y miles de páginas, los temas investigados son cientos. Literalmente donde ocurriera algo extraño los tentáculos de esta organización que está claramente por encima de fronteras y soberanías, hecho que hará que algunos comiencen a sentir una comezón incomoda, de pronto los no existen, los no hay pruebas huyen apenados, la dimensión desconocida que era cosa de la imaginación y la ingenuidad está aquí tratada por una estructura sólida de investigadores profesionales, científicos y una carreta de dinero para llevarlo a cabo, el mundo de pronto no está tan explicado, no lo sabemos todo y que estructuras como la CIA observara e investigara discretamente todo este universo le da un contexto completamente distinto.
   En el ombligo de la luna donde tengo mi base de operaciones, (significado de México en Náhuatl) hay un dicho popular  que dice “la burra no era arisca” trata de decir que la desconfianza no es natural, ha llegado de la mano de engaños y malas intenciones, la maquinaria mental funciona y surgen preguntas, ¿porqué ahora, qué interés oculto existe para abrir información y otra negarla? sin duda esto obedece a una estrategia, somos hijos del tiempo de la información, jamás en la historia hemos tenido acceso a tanto y ahí está el primer truco y no es nuevo, se ha usado sistemáticamente en esta era de aparente apertura, me explico, sólo ésta desclasificación tiene aproximadamente 12000000 de folios, imaginen el tiempo para leerlo, analizarlo, contrastarlo y sacar conclusiones, aunque el equipo de los lunáticos no es de pocos la misión es inmensa, imagino a muchos (espero que se nos una más) con una sonrisa en rostro meditando por dónde empezar, pero sé que la mejor manera de esconder algo es ponerlo frente a todos, las desclasificaciones son cada vez más frecuentes, nos ponen frente a cantidades astronómicas de información, nos visten de ratones de biblioteca que aunque electrónica y devotos del Dios Google, no podemos usar atajos, la travesía nos tiene reservadas horas de insomnio incontables, eso sí, acompañados de la sorpresa mágica de un nuevo descubrimiento, con la capacidad de asombro a tope para alimentar la maquinaria, un imperdible café que acompañe y estimule mientras emprendemos la nueva búsqueda, la vida tiene sentido y nos coquetea haciendo un guiño que no podemos esquivar, así sea…
   

lunes, 16 de enero de 2017

Un ¡Wow! cósmico

   




   Esta modernidad en la que navegamos asumiendo que poseemos el conocimiento total y que la ciencia tiene una respuesta para todo es una posición que genera sentimientos encontrados, por un lado la sensación de control que da el suponer que tenemos “el manual de operación” de nuestro mundo, hecho que sin duda hace que una buena parte de nosotros podamos dormir tranquilos, poco queda por descubrir en este mundo donde en tan solo ochenta años ha sufrido una transformación sin precedentes, en la vida de nuestros abuelos era algo impensable para cualquier chaval actual, donde no imaginan cómo era ir a buscar una caseta telefónica o esperar al cartero por una carta, una real y de papel que podía tardar hasta quince días, a veces más para llegar de un punto a otro, por un instante imaginen el rostro de nuestros abuelos si colocáramos en sus manos una tableta cualquiera, tan usual en nuestro presente donde podemos hacer y conectar con casi cualquier cosa imaginable en menos tiempo que el que nos toma suspirar.
  Pero el otro lado genera una especie de melancolía por la sensación de pérdida, estamos siendo testigos de un proceso de “involución,” un retroceso como especie donde se está perdiendo una de las características básicas más importantes y necesarias que poseemos, la curiosidad. Por su causa el ser humano ha sido capaz de avances que son prueba de nuestra capacidad como especie pero paradójicamente, cuando hemos llegado tan alto la mayoría deja de preguntar, la capacidad de asombro queda reducida por esa suficiencia de pensar que no hay mucho más por descubrir y que en el mejor de los casos sólo experimenta una curiosidad descafeinada, que no se activa con casi nada, hemos sido testigos de noticias, tragedias, transformaciones y un sinnúmero de eventos únicos que deberían causar una reacción sin precedentes, pero esa reacción huyó por falta de entusiasmo.
    Les contaré una historia completamente real, una historia que inició hace casi cuarenta años, época que aunque no tan lejana parece ocurrida en otro planeta, ese planeta latía y se emocionaba mucho más que en nuestro presente, se vivía una expectación singular, no había cumplido una década la llegada del hombre a la luna (otra singular e inesperada historia que tiene mucho de extraño y trataré en futura entrega) y con aquella “hazaña” la gran masa se preguntaba seriamente sobre la posibilidad de no estar solos en nuestro barrio cósmico, las informaciones relacionadas a esos temas emergieron poderosas causando una expectativa que parecía que se confirmaría en cualquier momento, la suposición de una minoría de lunáticos llegaba a los comunes mortales a través de lo que ahora conocemos como la “máss media” y sus poderosos instrumentos como el cine y la televisión, miles si no es que millones de personas tuvieron experiencias extrañas (servidor incluido) con extrañas cosas que se paseaban por los cielos, la curiosidad se apoderaba en menor o mayor medida de unos sorprendidos seres humanos que sentían que podía ser, que quizá hubiera algo más afuera de nuestra esfera azul.
   En ese ambiente de pronto surge una de las noticias más importantes de nuestro tiempo y que fue poco difundida por lo que ahora sabemos era una censura real generada por los estamentos de inteligencia de los poderosos Estados Unidos que temían una reacción negativa, llegando a la conclusión de que no estábamos preparados para algo así. 
   El 15 de agosto de 1977 a las 23.16 el radio telescopio llamado “la gran oreja” captó una señal de radio treinta veces más potente al ruido de fondo de 72 segundos de duración, cuando estaba apuntando a la zona oriental de la constelación de sagitario, dicho equipo estaba configurado para descartar sonidos habituales que están en el espacio, con el paso de los años se cuenta con mucha información que sin ninguna duda hacía que el profesor de la universidad de Ohio, Jerry Ehman que trabajaba como voluntario del mítico proyecto Seti, creado para la búsqueda formal de la nasa de vida extraterrestre, estuviera convencido que se encontraba con algo completamente desconocido, tal fue su impresión que cuando imprimió la data de aquella señal escribió un Wow! en aquel papel, que es como fue conocida dicha señal. Las posibles respuestas de este misterio se reducen a tres, un satélite artificial que se “cruzara” en aquel instante, un evento astronómico de una potencia sin precedentes o que una civilización avanzada tecnológicamente mandara un “saludo” esperando alguna respuesta…
   La hipótesis más reciente surgió en enero del 2016 donde plantean la posibilidad de que un cometa desconocido en aquel tiempo y que se sabe surcaba aquella latitud fuera la causa pero se considera remota, lo más llamativo es que con 40 años de información nueva, tecnologías sofisticadas y mucha soberbia, el misterio se mantiene, aún no tenemos una respuesta confirmada e inobjetable para aquella extraña señal, el mismo profesor Ehman es cauteloso y comentó recientemente que pudo ser el “rebote” de algo que pasaba por ahí pero las posibilidades son tan reducidas como las planteadas originalmente, ahora reflexionemos un poco, aquel hecho fue conocido años después de que ocurrió, a pesar de ello la sorpresa fue tal que las lunáticas cabezas de una minoría abierta de mente, planteó teorías que están plasmadas en libros, documentales y sin duda causó un afecto importante, nuestra soberbia tecnología no ha podido explicar aquello limitándose a suponer, hecho más frecuente de lo que podríamos pensar, pero suficiente para los durmientes que están más ocupados en otras cosas y olvidan fácilmente, pero lo más triste llega en este diciembre pasado, donde unos pocos atendieron una noticia estratégicamente colocada para no ser llamativa, la noticia era que una científica de la universidad de Mcgill de Canadá confirmaba la detección en más de un radio telescopio, primero en Australia y luego en Arecíbo Puerto Rico, volvían a captar señales de radio, ahora múltiples, eran detectadas 6 ráfagas, las posibles explicaciones, ¡las mismas que hace 40 años!, pero con una gran diferencia que nos estremece, en mayo pasado se recibieron 10 señales más, todas del mismo barrio cósmico, un lugar en una galaxia lejana, su repetición elimina literalmente la posibilidad de un evento astronómico porque la repetición, intensidad y localización nos habla de “algo” inteligente…
   Este buscador no puede evitar el estremecimiento, las posibilidades son aún mayores a la mítica Wow, quizá en estos 40 años “algo” ha tratado de comunicarse y no lo entendemos, los poderes de siempre no lo dicen o imaginen un poco más, tal vez ya respondimos y estamos siendo testigos quizá de una posible comunicación secreta o de un engaño de magnitud global, las posibilidades están ahí pero la humanidad duerme, pocos se enteraron y lo que es peor ¡no les importa! este mundo se ha convertido en la tierra de los indiferentes que por muchos factores, (algunos provocados) estamos sumidos en un limbo mental en el que no somos capaces de ver y menos imaginar, espero que estas letras provoquen un poco de curiosidad que tal vez haga que algún durmiente salga de su letargo y busque, poniendo a funcionar su maravillosa maquinaria, que así sea...





sábado, 7 de enero de 2017

El vigilante del portal

  





   Un año más ha llegado, el ciclo ha dado otra vuelta en nuestros marcadores y velozmente ya estamos dentro de una nueva aventura, el tiempo que nos toca vivir está plagado de contradicciones, que nos hacen volver sobre conceptos supuestamente confirmados y que son base de lo que consideramos nuestra realidad. 
  Tenemos un sinfín de temas posibles para tratar, hechos y fenómenos que son relegados por los medios de comunicación convencional, -hecho recurrente que es en sí una señal para el que ve con mayúsculas- hechos que deberían estar en portada de los medios más importantes y que nos demuestran que nuestro saber cómo civilización es mínimo en gran cantidad de temas, la historia es una broma mal contada y cada vez tenemos nuevas sorpresas que hacen pedazos la cronología oficial, nosotros mismos como especie somos el misterio más apasionante que podemos enfrentar y del que conocemos y no exagero un 3 o 4% es decir esta todo por descubrir, sólo como ejemplo, el porqué estamos sumidos en un letargo terrorífico que impide que despertemos y seamos conscientes del tiempo tan complejo que nos toca transitar, esto parece que ha sido inducido sutilmente por algo que parece estar complacido con esta somnolienta humanidad que no parece darse cuenta de nada, esto es uno de los misterios que en verdad causan temor, el alcance y el porqué es sin duda uno de los misterios con mayúsculas que tenemos frente a nosotros, qué razones, qué motivaciones impensables se esconden tras este elaborado plan que se entrevé en muchos de los hechos que presenciamos a diario.
   Es desconcertante para el que ve de fuera estos temas, hecho comprensible pero cuando uno mira con otros ojos, dejando de lado lo que creemos conocer y damos por hecho, al despojarnos de esto comenzamos a notar las conexiones entre hechos aparentemente sin nada que ver, para poder comprender de verdad implica conocer el lenguaje, un código escondido que una vez descifrado nos hace mirar las cosas en su amplia manera, para ello creo que es vital mirar hacia atrás, la historia, el lenguaje guardan una llave que nos abre una visión mágica de nuestro tiempo, nuestro lugar, nuestro existir.
     De tal forma comenzaremos con algo de apariencia trivial, sin gran importancia pero es una pequeña muestra de ese código que desconocemos y que tiene una gran importancia, que está oculto y nos demuestra una constante, ¿porqué este mes se llama enero? la respuesta parece simple y nos lleva a la Roma antigua que nos ha legado tanta información que no se analiza a fondo. Es verdad el origen romano, pero pocos saben que es en honor a el Dios Jano o Janus, conocido como el vigilante de las puertas del cielo, el portador de la llave y tiene la capacidad de “ver” futuro y pasado al mismo tiempo, es representado con dos rostros, es un ente vigilante del portal que hoy podemos interpretar como dimensional, estar o ver los dos lados. Sus capacidades fueron un regalo de Jupiter cuando este fue destronado por su hijo Zeus, no podemos dejar de mencionar lo que representa en realidad Jupiter, que es para muchos uno de los tantos nombres del diablo y este mundo ha estado inmerso en este conflicto que varia en nombre y términos pero es una historia contada de muchas formas. Los juegos artificiales, el ruido y estruendo con que recibimos el año es para alejar a los espíritus pero también hay quien piensa que es para convocar a ciertas entidades que están presentes en dichos portales cuando se abren.
   Ahora reflexionemos lo siguiente, esta es una vez más una creencia pagana de una cultura que estaba convencida de la dualidad de este universo, la coexistencia entre el mundo físico con el inmaterial, de tal forma que todo su hacer estaba configurado con esta percepción del universo que no es exclusiva de aquella Roma, es una constante en las civilizaciones más importantes de este mundo, de hecho la conexión de los romanos y el presente es mucho más grande de lo que se puede pensar, todos sabemos las herencias romanas en ciencias, cultura, etc. es decir, en el plano físico el legado es inmenso pero la otra parte, la mística, la mágica es igualmente seguida y venerada pero esto está velado, se conserva sutil como en la etimología de una palabra que se pierde y en nuestro presente es literalmente insignificante pero ¿porqué el empeño de encimar en conocimientos paganos fechas, celebraciones y demás marcadores en nuestro presente donde la mística va por otros rumbos? Ese poder que ahora impera abanderando el racionalismo y la ciencia se empeña en minimizar y reducir a ignorancia aquella mística, su conocimiento y uso del pensamiento mágico en civilizaciones como la romana es claro, a pesar de ello hay un empeño en diluir aquellos conocimientos y percepciones del universo para la masa, pero entre la élite que controla y domina es de uso común, se venera y conserva como en este caso.
    Esto nos lleva a dar otro giro más, el lenguaje es un instrumento poderoso, por un lado el origen y significado de las palabras que de nuevo, convenientemente se ha ido relegando en la educación y por lógica saca de contexto un sinfín de términos que si no se conoce su origen y la raíz por la cual lleva su nombre es casi imposible entender su significado, después debemos considerar que todo en el universo es vibración y al pronunciar una palabra lleva implícito una energía, esto genera una vibración, que se utiliza y de nuevo es algo que se desconoce, su implicación es más grande de lo que se puede imaginar…
    Algo tan simple como el nombre de un mes del año, el primero del ciclo, ese enero que viene del january en inglés cobra otro sentido al conocer esto, una vuelta de tuerca más, en el calendario romano enero era el mes once del ciclo, coincidentemente ese once mágico, ese once portal, primer escalón de la iniciación de múltiples conocimientos discretos unos, ocultos otros y usado frecuentemente para rituales de sacrificio como hemos contado anteriormente, considerarlo casualidad es ofensivo, por más que tratemos de restarle importancia a estas “casualidades” algo queda en nosotros, algo que nos muestra que sabemos menos de lo que pensamos y que hay hechos que funcionan con una mecánica oscura, con un conocimiento que está reservado para unos pocos, nuestra realidad languidece ante un preocupante cúmulo de extrañezas que nos obligan a pensar en una realidad paralela que poco a poco trataremos de entender. 
    Los tiempos que transitamos y que pintan presente y futuro en gama de grises y de incertidumbre nos retan, hacen que sea fundamental entender nuestros porqués y los de esta realidad, encontrar la razón de tantos sin sentidos es la única forma de encontrar soluciones que ahora parecen lejanas, el misterio está ahí omnipresente esperando razones y respuestas, así sea y que este ciclo recién iniciado encontremos el camino en nuestra búsqueda.