domingo, 16 de abril de 2017

El wifi ancestral

   



   El misterio tiene una constante, una característica particular que sin importar el tema, la distancia y aunque nos lleve por cosas o hechos sin ninguna relación aparente siempre llevan lo que parece su firma, la elusividad. Por ello entramos en un “juego” singular, en algún momento me siento transportado al pasado cuando jugar a las escondidas llenó muchos días de juegos de infancia, me imagino de nuevo en la búsqueda sigilosa para encontrar a los que se escondían, algunas veces era muy fácil detectar el patrón de pensamiento de algunos de mis primos o amigos que repetían los escondites y con enojo siempre eran los primeros en ser descubiertos, luego estaban los más audaces que agregaban riesgo a su escondite y por último los que aprendían a entender el pensamiento del buscador y actuaban en consecuencia, esos, los menos eran los que hacían aquellas tardes mágicas.
   El misterio nos sumerge en una mecánica bellamente similar, siempre hay más de lo aparente, primero en lo que llamo la superficie, una noticia, un blog ahora o la vía clásica de un libro de papel que nos lleva al descubrimiento, luego viene una capa más profunda donde el contexto, la correlación y el mágico proceso de recolectar informaciones e investigaciones que como si de un rompecabezas se tratara, vamos colocando pieza a pieza para entender y descubrir extrañezas. Desde cualquier lugar del mundo un lunático buscador con más o menos medios se maravilla con lo extraño, esas cosas que resaltan  por sí mismas en un acartonado mundo enfermo de indiferencia, eso que llamamos inusual y que esta realidad nos regala a cada paso, en algún lugar de esta manifestación llamada vida.
   En este juego cósmico de escondidas algunas veces surgen singularidades, hechos que logran lo impensable, el cruce entre el universo de lo mágico para fundirlo con el de lo físico y palpable que algunas veces convergen en hechos cuantificables, que son raros de encontrar y causan en el buscador una emoción difícil de expresar, en este camino donde las preguntas acumuladas tienen que esperar turno para las respuestas, pero que cuando llegan nos hacen sentir esa emoción infantil de pillar algo escondido.
   Esa emoción surgió imparable cuando en mi búsqueda me encuentro con una de esas “rara avis” siguiendo una investigación del otro lado del Atlántico, en España para ser precisos donde de la mano de un astrónomo con mente abierta que se atrevió a cruzar esa línea que no todos pasan, usar su técnica en el nombre del misterio, partiendo de la necesaria curiosidad susurrándole al oído, partió de algo que muchos intuían y que ahora con su convicción científica le da una visión completamente distinta a lugares donde el misterio nos da la cara de muchas maneras, imaginen esto, lugares históricos, ruinas arqueológicas y sitios que comúnmente son considerados como encantados y que las manifestaciones paranormales parecen encontrar acomodo donde mostrarse y que tienen algo en común, algo que parece impensable y que de seguir la ruta iniciada nos da un giro fantástico, esos enclaves están ubicados en lugares especiales, en lugares donde existe una energía y tal vez por eso se escogieron sitios específicos para edificar construcciones para usos rituales, para contactar con lo divino más allá del nombre que le dieran, la necesidad de venerar lo trascendente, lo mágico y que es sin duda lo que nos une conceptualmente como especie, quiero decir que es una de las características principales que nos distinguen, nuestra humanidad lleva esa marca.
   Este conocimiento no es nuevo, existen técnicas antiguas y escritos que parecían perderse en lo mítico, en China se les llamaba “Las venas del Dragón” posteriormente los Zahoríes usaban desde 1785 una técnica que ahora conocemos como Radiestesia que se refiere a la capacidad que a través de una vara de madera en principio, podían detectar agua subterránea, lugares especiales donde la gente sanaba y ocurrían cosas inusuales, pero este conocimiento se remonta a más de 4500 años hacia atrás en el tiempo, pero como es tristemente usual y marca un patrón llamativo, la religión insistió en asociar este conocimiento con el diablo y sus engaños aunque se sabe de religiosos que experimentaron estas técnicas a pesar de la supuesta relación con lo oscuro.
   Las pistas siguen y dan forma a una idea que ha sido ignorada y considerada como pseudo ciencia basada en tradiciones lejanas de la realidad, los druidas en su folclore ya hablaban de ser hijos de la serpiente cósmica, a la que llamaban “wyver” que les servía de guía para edificar sus dólmenes y menhires que como muestra más imponente es Stonehenge en Inglaterra, mentes abiertas como John Michell establecieron teorías que hablan de las líneas ley, un diagrama energético que está por todos los lugares sacros ingleses, rastro que siguió por Avebury, por Glastonbury estableciendo una relación entre estos lugares y esta energía, como pueden ver la repetición de un concepto similar que une cientos o miles de años a lo largo y ancho del planeta es una pista más que llamativa para pensar que hay algo aquí, algo más que mitos y creencias antiguas.
   Otro hecho que es muy llamativo es la posición oficial ante estas ideas, la ortodoxia y la ciencia se muestra dura y burlona alegando de “no concluyentes” estas teorías, pero lo hace desde afuera en vez de investigar y comprobar su viabilidad, hecho que no es muy científico que digamos, volviéndose una conducta repetitiva, extrañamente repetitiva para no considerar que la sombra del silencio y el ocultamiento está volando sobre esto y me dice que algo hay, que como en otras teorías que fracturan la versión oficial son intencionalmente relegadas para no causar problemas, pero el giro de tuerca apenas viene…
   Rafa Balaguer ha sido ese astrónomo despojado del dogma quien descubrió lo que parece la pieza faltante y siempre reclamada por la ortodoxia, se puso a recorrer diversos lugares del mundo para que armado con mente científica ha medido con un geomagnetometro varios de estos lugares, detectando anomalías constantes de carácter magnético en estos sitios, me explico, el geomagnetismo terrestre se puede medir usando este dispositivo que en nanoteslas como unidad de medida a podido establecer un patrón de anomalías en estos lugares, ha podido medir variaciones más que significativas y constantes en lugares como Stone en Inglaterra, en su natal España y en Gobekli Tepe en Turquía, una variación que se muestra constante y desafiante, una señal que parece guardar relación con lo mágico y sacro que fue conocido y usado por todo el planeta, por civilizaciones que parecen conocer y tener la habilidad para aplicarlo, pero esto nos deja un mensaje que tiene tiempo esperando, 3000, 6000 y hasta los 13000 años de la colina panzuda que nos causa insomnio y nos acorrala forzando al instinto a reaccionar, este mensaje nos dice que miles de años antes de lo que el muro de lo oficial nos dice existió no una civilización, un planeta entero que conocía y coexistía con la divinidad de una manera más plena, más poderosa que cualquiera de las creencias y religiones posteriores y más “avanzadas” que están después de esa línea, ese muro de los 13000 años donde algo modificó nuestra relación con lo divino sufrió un cambio drástico que por lo que podemos ver no le permite a la humanidad, —la nuestra— crecer al nivel que tantos y tan distantes lugares en el planeta nos susurran, incomodando nuestra soberbia atontada con los avances tecnológicos que pensamos ingenuamente nos muestran “superiores” sobre aquellos que nos miran a través de sus mensajes en piedra que no hemos podido descifrar en realidad y creo que existe algo actual y poderoso que quiere que así sea, que sigamos dormidos ante la verdad que nos sonríe detrás de ese muro impuesto, que como todos los muros intentan separar, desligar pero no lo harán por mucho tiempo más mientras existan seres que se atreven a cuestionar, a dudar y experimentar.
   Mi mente gira intensa, intuyo que esa Radiestesia o esas líneas ley son restos de un conocimiento anterior que fue casi destruido y oculto por los creadores de ese muro virtual, eso que resuena de diversas formas en el recuerdo, hace unos 13000 años, por eso las variantes, las inconsistencias que nos sumen en esa sensación similar a un recuerdo lejano que un lugar, un sonido, que nos provoca algunas veces y que algunos conocen, atesoran y ocultan quizá porque los deja mal colocados.
   Esa mágica sensación que estoy seguro es similar en muchos de los lunáticos buscadores que me hace vibrar y planear la compra de un magnetómetro para seguir el rastro, en mi lugar, el ombligo de la luna existen cientos de lugares que quizás tengan esa conexión mágica, hay mucho por delante y este juego de escondidas cósmicas esta más vivo que nunca, la chispa llega de seres admirables como Rafa y también por esa bella musa que me sonríe de vez en cuando, va por ellos, por todos los que considero el equipo de avanzada del misterio, que muestran caminos e ideas, seres que pertenecen a veces sin saberlo a la cofradía de la locura y la curiosidad que sin su chispa esta travesía sería menos intensa…                                     

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