sábado, 13 de mayo de 2017

El cruce cuántico

  



   No hay duda que el paso del tiempo lo sentimos como una competencia que no podemos ganar, su tic tac avanza impasible, imperturbable, recordándonos que nuestra travesía es finita y por más que quisiéramos tener una prórroga parece improbable, cada segundo es uno menos por delante.
   Pero a pesar de esta crudeza, el tiempo nos regala perlas invaluables que sí podemos aprovechar y valorar, una de ellas es la perspectiva, imaginen por un instante que la vida es una especie de edificio que visitamos y entramos por el primer nivel que está a la altura del piso, con los años vamos subiendo pisos, hecho que nos regala una visión ampliada, esto es tan impresionante como palpable, la calle por donde entramos al edificio se ve muy distinta desde los niveles superiores a lo que podíamos ver cuando entramos al mismo y podemos ver claramente que las calles conectan y que obedecen a un diseño que no percibimos mientras estamos caminando una calle cualquiera.
   Lo que les contaré ahora tiene que ver con la posibilidad de encontrar una pista de ese diseño, una tan llamativa que nos estremece al imaginar las posibilidades, la magnitud de esta supuesta estructura que no podría ser aleatoria y que denota inteligencia indudablemente, que una y otra vez encontramos en nuestra búsqueda y nos sonríe burlonamente cuando nuestra maltrecha lógica hace que pensemos en casualidad, pero cada vez siento que de eso nada en absoluto.
   Vamos a la historia que llega a nosotros por donde menos podíamos esperar, lo digo porque en el universo del misterio pocas veces nos llegan visiones abiertas para las posibilidades que no encajan o rompen la visión oficial de la realidad que con muy poco que indaguemos podemos ver que está sostenida por alfileres y que cada día se agrieta aún más, por esto que un físico vigente y reconocido llamado Benjamín Tippett, experto en relatividad general que acaba de publicar y proponer un modelo matemático según el cual es posible viajar en el tiempo, posibilidad que sin duda parece más cercana cada vez, estamos hablando de ciencia con mayúsculas sin duda y la sorpresa surge cuando se busca más información de las investigaciones y publicaciones del amigo Tippett brota una publicación del año 2012 donde habla de una burbuja espacio temporal en el Pacífico sur en el año 1925, información que llega a él por unos documentos donde está la narración de un extraño evento ocurrido en el naufragio de una goleta llamada “Emma” ocurrido entre el 22 de marzo y el 12 de abril de 1925 en las cercanías de la isla elefante y que el único sobreviviente narra su extraña experiencia al llegar a una isla desconocida donde la realidad explota y la describe como aberrante, los hechos vividos por este lo ponen al borde de la locura y es hasta su recuperación física que narra su experiencia, he aquí un breve extracto de su narración…
   El marino insiste sobre las “cualidades geométricas aberrantes” …una gran puerta de granero —escribía el sobreviviente— …no podíamos decidir si estaba en posición vertical o tumbada como una trampa o una puerta de sótano, la geometría del lugar estaba equivocada, no se podía estar seguro que el mar y el suelo estuvieran horizontales, por lo que la posición de todo era fantásticamente variable, …todas las reglas de la materia están equivocadas…
   Hasta aquí parte de la narración del sobreviviente que puede hacer que nuestra mente vuele con el motor de la imaginación, una experiencia alucinante pero para cualquiera de nosotros no es mucho más, el estruendo viene cuando lo aquí narrado es comprendido y captado de forma distinta por un experto en su campo que quedó electrizado por esta narración, porque lo aquí narrado es ni más ni menos la descripción exacta de lo que la física actual describe como la ruptura de nuestra realidad, un pliegue en nuestro universo de 4 dimensiones y estos serían los efectos físicos de esa ruptura, de esa puerta dimensional que en la actualidad es tema frecuente para la élite científica, no es ficción, es teoría sustentada en física y matemáticas pero, ¿cómo un náufrago podía saber esto? consideren por un momento que la teoría de la relatividad de Einstein estaba recién estrenada y no era accesible para los simples mortales y sobre todo piensen por un segundo la velocidad para que las noticias fueran conocidas en aquel tiempo, cuando las cartas y el telégrafo reinaban y no quedaba más que esperar por una carta, un periódico de papel y no mucho más.
   Pero el asombro no da tregua, cuando en la actualidad se cuestiona a los expertos sobre la viabilidad de un posible “viaje” de este tipo responden contundentes que es imposible, no por la técnica o la teoría sino por la imposibilidad de generar la suficiente potencia para un motor, —por decirlo de forma simple— que pueda propulsar algo así, estamos detenidos por esta pared que parece infranqueable que es la energía necesaria que en este presente tecnológico aún lo es, entonces ¿qué pasó en 1925?
   Pero el misterio sólo abrió una puerta que al mirar hacia dentro nos lleva de un asombro a otro, la ruta a seguir era clara, indagar sobre los documentos que cimbraron a Tippett y la búsqueda lleva a otra sorpresa, el asombroso relato de lo vivido en 1925 por el sobreviviente del naufragio es de un relato dado a conocer en 1928 por H. P. Lovecraft, la historia se llama “El llamado de Cthulhu” y antes de nada es importante decir que nuestro amigo Tippett en un escrito posterior declara categórico que estaba totalmente en desacuerdo con la visión ocultista y conspiranoica que deja entrever el escrito, hecho que comentaré más tarde, es más que claro que su impresión sobre los detalles de la narración causaron tal impresión en él que le pareció totalmente irrelevante lo demás, es sabido que en ámbitos científicos no es bien visto la apertura a las otras realidades, hecho más que suficiente para obviar el origen de su sorpresa, esto es muy importante porque piensen esto, cuando hablamos de física cuántica, teoría de la relatividad y demás, sólo un pequeño grupo de científicos lo comprenden en su verdadera dimensión, por dar un ejemplo si cualquiera de nosotros escuchamos a un par de médicos hablar de un diagnóstico de algo que ocurre en nuestro cuerpo sería igual que escuchar a dos árabes contando cómo fue su día, aquellas palabras sólo fueron comprendidas por alguien entrenado en un área del conocimiento especifica, esto ha pasado más de una vez, —les contaré en otro momento— y sin duda es lo más relevante hasta aquí, en 1925 alguien narra algo que sólo es comprendido por una mente entrenada casi 100 años después.
   Ahora nos atrevemos a pensar, a lo largo de más de una de nuestras búsquedas o en las de los muchos lunáticos buscadores de los que llamo del equipo de avanzada existe una constante, no importa el lugar del mundo, la época histórica y su contexto, siempre encontramos un peculiar grupo de magos, brujos o iluminados que parecen conectar con lo que algunos llaman “el archivo akasico” un súper ordenador cósmico por nombrarlo de algún modo, al que pueden accesar a un conocimiento superior que parece estar en el Penthouse de ese edificio que les hablaba antes, donde están todos los secretos y muchas de las “verdades” que buscamos como especie desde siempre y que en algún momento se cruzan con nuestra rutinaria y material realidad, ejemplos hay para contarles muchas historias que están esperando su momento si nuestro incomodo editor Cronos lo permite.
   Hay otra posibilidad que no es agradable, la posibilidad que otro pequeño grupo sea poseedor de un conocimiento superior, de la historia con mayúsculas y no la que aún nos cuentan con un descaro que raya la locura y que por razones que ellos sí entienden sueltan algunas migajas siempre por los canales de su conveniencia que en sociedades secretas, logias discretas y otras no tanto, —no me sorprendería que Lovecraft hubiera tenido acceso de algún modo, otra búsqueda que ya inició para servidor— llevando a rajatabla una de sus premisas fundamentales, esconder  y distorsionar la verdad a la vista de todos, como por ejemplo en un relato de un escritor de ficciones como ejemplo llamativo, en mitos y leyendas que no pueden considerarse seriamente y que cuando algún alma libre cuestiona no escatiman en medios para suprimir, desacreditar o minimizar si incomoda sus estructuras, esto viene porque después de leer el relato citado de Lovecraft me parece que leo alguna nota alternativa sobre cultos oscuros que la élite de poder de este planeta lleva desde siempre como brújula oscura que algunas veces surge por aquí o allá causándonos sorpresa y estupor, esas deidades ocultas que entran y salen de nuestra realidad y que se veneran ritualmente desde siempre están ahí, minimizados y disimulados en el relato, efectiva forma de esconder verdades frente a todos, ¿qué extraño convenio se mantiene entre estas las élites y esas entidades quizá dimensionales? Entidades que sin duda adoctrinaron rituales, ofrendas y sacrificios para su beneplácito y satisfacción, que hoy millones siguen disimulados y edulcorados escondidos detrás de la ignorancia y la prisa en una granja donde los durmientes siguen sus rutinas ajenos a los verdaderos porqués…
   Las posibilidades están ahí, queda mucho por averiguar pero la sensación que queda cuando se mira desde los niveles más altos a donde empezamos, nos muestran la magnitud del misterio y lo digo en singular porque algo me dice que existe una sutil conexión entre cosas que hemos pensado inconexas, por último el 12 de julio de 1916 naufragó en el pacífico sur una goleta en la que quedaron sobrevivientes, se llamaba Emma... 
  

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